Llegado un momento me planteé el reto de escribir un libro de temática amorosa, tan clásica en la historia de la literatura. Como el registro de mi poesía no suele ser excesivamente personal, pensé desde el principio en la necesidad de un estilo que huyera del tono íntimo y al fin di con el de este libro, amplio, de frase a veces hecha, con eco periodístico, irónico, pero sin caer en la ocurrencia ni en un distanciamiento gélido. No sé si todos esos propósitos -un equilibrio difícil- se alcanzaron con Una vida común. Al menos, sobreviven ciertos destellos y algunos poemas que aún me siguen gustando.
Una vida común
lunes, 9 de febrero de 2009
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